Elias Castellano

EL FILÓSOFO

 

Junto al borde del camino

un olivo está sentado

como un Diógenes antiguo

por su sombra cobijado.

Y medita; y meditando,

va cantando sus consejas

al que pasa caminando.

 

Entre el soplo de la sierra

y el aguas de los remansos

pace la filosofía

acumulada por años

 

Es siempre la misma guerra.

Siempre los mismos soldados.

Los malheridos de siempre.

Los mismos decapitados.

Los perdedores que pierden

antes de haber guerreado

porque la sangre en sus venas

se la habían disecado

los mismos que los mandaron

a un duelo ya programado.

 

La eternidad es tan solo

El mal sueño de una noche.

Y si una vez la fortuna

en un bazo nos rozara...

¡Señor, qué orgullo y qué gloria

de, haber subido una balda

aunque sea una miseria

dentro de nuestra memoria.

 

Pero el olivo allí sigue,

contando vivencias de antes

que no escuchamos al paso

por no interesar a nadie.