No hay misterio en el suelo:
todo lo que lanzas, vuelve.
El odio germina rápido,
pero sus frutos son de piedra.
Algunos riegan promesas
y recogen silencio.
Otros siembran con los dientes apretados
y solo hallan espinas que los nombran.
No hay milagro sin sudor.
El destino es un campo arado con las uñas.
Quien teme ensuciarse las manos
no sabrá nunca el sabor del pan.
Y cuando el viento arrase con todo,
los que sembraron verdad
verán brotar su sombra verde,
aun en la sequía del mundo.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025.
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Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 23 de octubre de 2025 a las 12:12
- Comentario del autor sobre el poema: No tengo por costumbre publicar nada a nivel personal. La verdad nunca me ha interesado la vida privada de nadie, pero entiendo que a otros si. A otros les molesta que se les ignore, buscan la fricción, el roce, el insulto y es porque es lo que han vivido donde se han criado, es lo que han visto y lo ven como normal. `Ponerse a debatir con estas personas que recurren al insulto FALACIA AD HOMINEM para sostener sus argumentos es revolcarse en el mismo lodo del cual ellos salen. En ese plano, jamás me encontrarán. Eso de cambiarse el nombre y ponerse uno de mujer es propio de personas inmduras o con serios problemas mentales. Sencillo, no es normal. Dolidos por dentro o envidiosos. COSECHANDO LO QUE SEMBRARON. Hay que ser mejores personas cada día o buscar a Dios para que calme su maltrecho corazón.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
Offline)
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