Allí donde se queman los libros
se acaba quemando a las
ideas y luego
más tarde
a los hombres.
“El escritor sólo es responsable ante su obra. Si es bueno, será completamente despiadado. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe liberarse de él, arroja todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad...todo con tal de escribir”.
Decía William Faulkner:
Esta cita la había leído hace años, muchos, y ansiaba encontrarla de nuevo puesto que incluso había olvidado de quién era y donde la tenía anotada. Fueron estas palabras, y otras cosas aprendidas del tiempo, lo que siempre me ha hecho ser consciente de qué significa exacta y exclusivamente escribir y sobre todo para qué.
Este hecho me ha enseñado también, o me lo ha permitido ver, que a veces el escritor no corresponde a la persona que se siente ser, y al contrario: la persona siente que no es tal cuando se pone delante de su mesa de escribir. La diferencia está en saber qué persona y qué escritor se es en todo momento.
Creo más en el escritor-hombre que en el hombre-escritor puesto que el primero es ese ser humano que descarga de sí mismo todo lo que siente que le sobra, e incluso odia, de sí mismo y de adentro como pertenencia a esta sociedad de la que es parte y maldice.
Por esta razón, creo, se da el caso de grandes escritores e intelectuales que como tal y a la hora de escribir se transforman y son capaces de padecer un “trance” desde el cual dejan aflorar lo mejor de su interior y su conciencia pero que al volver a la “vida” común son personas tenidas por detestables por sus escritos. Los primeros son personas de compromiso íntegros, los otros una circunstancia de sus propias vidas.
“Toda existencia es maldito sufrimiento”
De Franz Marc.
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Autor:
Nkonek Almanorri (
Online) - Publicado: 22 de octubre de 2025 a las 16:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Javier Julián Enríquez, MISHA lg, Carlos Baldelomar, Salvador Santoyo Sánchez, Alma Eterna, EmilianoDR, WandaAngel, Fabio de Cabrales, Mauro Enrique Lopez Z., Santísimo, Freddy Kalvo
Online)
Comentarios5
“Toda existencia es maldito sufrimiento”
De Franz Marc.
Esa aseveración es valida solo para él.
Yo, diría que toda existencia es una oportunidad de ser feliz.
Recuerda cada quien habla de como le fue en la feria.
"Yo soy el arquitecto de mi propio destino"
Amado Nervo.
Con respecto a William Faulkner, es un escritor, que nació en 1897, en Mississipi,
Su vida personal, fue en una familia de clase media. Su madre Maud Butler, era una mujer culta y amante de la literatura. Su bisabuelo W Clark, fue un heroe de la guerra civil. Lo que también influyó en su deseo de escribir.
Sus obras, como "El sonido y la furia" y "Mientras agonizo" Sus experiencias y relaciones familiares influyeron en su estilo narrativo y en la exploración de temas como la identidad, a la familia y la historia del sur de Estados Unidos.
Se casó con una mujer divorciada con dos hijos, viviendo una relación complicada.
Faulkner, murió en 1962.
Su estilo de escribir fue reflejo de su sentir y vivencias.
Se puede ser claro y directo en las ideas, pero sin ofender a los demás.
En este punto es donde se valora al buen escritor. Informar con crudeza, pero sin ofender al que solamente pretende informarse.
En fin, cada cabeza es un mundo y lo respeto,
Saludos estimado Nkonek
“Toda existencia es maldito sufrimiento”
De Franz Marc.
Mi padre, un hombre cultísimo que jamás en su vida fue a una escuela, solía decir: " Creer no es cosa cierta"; lo creía, lo supe con el tiempo, porque, decía él, ninguna persona humana como tal es capaz de abarcar todo el conocimiento y por tanto el pensamiento que se le presenta delante de sí pero sí juzgarlo según su corta o extensa mirada y eso es lo que para esa persona es la existencia, su mundo si se quiere. Cierto también, evidentemente, que toda existencia es una oportunidad de ser feliz, pero sólo eso: una oportunidad y que en la mayoría de los casos las personas, algunas personas, no sabemos de tal oportunidad.
La diferencia que entiendo yo que hay entre el hombre común, la persona que simplemente se conforma con vivir y a ser posible ser también feliz, y el escritor que cree tener una misión en su vida estriba en que para este último la más importante misión de su vida sigue siendo la de custodiar - si se pudiera decir así -, las palabras: cuidar, impedir que otros ajenos a este mundillo de las letras se las apropie, las maltrate y aniquile el Poder, todo Poder, principalmente el de la mezquindad. En este sentido - yo creo haberlo asimilado hace ya bastante tiempo -, una de las misiones más importante del escritor, del poeta y del artista en general es crear cada vez más espacios en sí mismo, huecos de tiempo para el conocimiento continuo con algún fin identificable.
Al pretender ser claro y directo, muy directo, en las ideas un escritor no pretende jamás ofender a nadie, más bien aspira a que la ofensa, en muchos casos de otros, no se extienda más aún (Recientemente aquí alguien exponía a modo de "información" lo que esa persona estaba convencida de unos hechos concretos, históricos, y resultó que lo que estaba exponiendo era una falsedad de esos mismos hecho y que se impuso creer durante décadas por conveniencia directa del gobierno y de la Historia a la que dicha persona se sentía cercana, en este sentido es en el que yo digo, expongo y asevero que el ser claro y directo no supone ni debería suponer ofensa alguna). Otra cosa es que cada cual pueda decir y diga lo que crea conveniente.
Saludo y abrazo en la distancia, amigo Salvador. Gracias por tu aportación, siempre.
👍🏻
Gracias poeta y hoy se siguen quedando libros y hombres inocentes.
Saludos 👋
Cierto, se sigue y desgraciadamente parece ser que que se quiere volver a aquellos tiempos. De nosotros depende de si lo logran o no.
Gracias por comentar.
Escribir no exige destruir la decencia, sino desmantelar las ilusiones que la sostienen. No es arrojarlo todo por la borda, sino quedarse con lo que no puede fingirse. El escritor no es despiadado porque quiera serlo mucho menos por capricho; lo es porque no puede seguir mintiendo sin asfixiarse. El hedor de la mentira es muy característico de quienes buscan aceptación.
Quien escribe no juega a ser puro, sabe que la pureza es solo otra vestidura del miedo. Los cobardes la veneran, los ingenuos la confunden con virtud. Pero el que escribe de verdad no usa ropaje de santo: se mancha las manos, huele su propia miseria y la convierte en tinta. Porque fingir pureza es la forma más cómoda y ridícula de no mirarse.
La Hechicera de las Letras.
El escritor serio - insisto en esto de la seriedad porque entre otras cosas, para quienes no lo sepan - debe practicar la exigencia, la no piedad, porque en caso de ceder será engullido por una parte de la sociedad que ya no lo admite al constatar que pone en peligro sus privilegios, las exigencia de quienes ya no creen en ninguna democracia y ésta que queda no les satisface.
Gracias por tu opinión Hechicera.
Buen ensayo. Saludos!
Agradezco tu visita, gracias.
Se puede ser
y trascender;
o pretender
y parecer.
Un abrazo fraterno mi estimado.
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