¡QUÉ BIEN!
¡Qué bien! En casa no me dejaban hacer
hacer absolutamente nada,
yo solo tenía la obligación de obedecer,
de estar atenta al conjunto de las indicaciones,
mayores y menores,
por parte de mis mayores, y, claro,
me rebelé, me convertí en una cualquiera ingrata,
en una tonta y una confusa perdida,
me convertí en poetisa:
ya no podían manipularme.
Pero ese esfuerzo me dejó muy agotada,
yo parecía fuerte por fuera
pero aun así, dormía poco, apenas,
y, claro, sin dormir, sin amar,
no duras mucho cuerda.
Gaspar Jover Polo
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Autor:
gaspar jover polo (
Online)
- Publicado: 22 de octubre de 2025 a las 14:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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