Suave…
me sostiene.
La calidez de un susurro
hace que despierte.
¿Eres tú la que llama
detrás del ruido del agua?
Tu voz, tan leve…
no exige, ni hiere.
Vengo del frío,
del que se pudre al tocarme.
Y tú, mansa, me acoges
sabiendo que para entrar en tu calor,
debo herirte.
Respiras sobre mí,
y más que aire, calma flota aquí.
Finas arenas cubiertas de silencio,
hilvanan esta orilla que ofreces para mi reposo.
Más allá de ellas,
la mar se hace en tu pecho;
callan el dolor de iris rojos,
donde fue la cuna de mi naufragio.
No consigo aún
entender el suelo en el que me recuesto.
Así continúo mi descanso:
Sin el temor de antes,
pues eres tú, quien vela por mí.
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Autor:
Hektor Bressot (
Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2025 a las 18:16
- Categoría: Amor
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, MISHA lg
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