Secando su frente, en una aséptica y cabal incisión.
El cirujano tajante, extirpó, la punzante malignidad.
Nódulos viciados, con palabras dulces, sin dignidad.
Con tonos blandos y suaves, candentes de diversión.
El cirujano pasaba, lisonjas y flores al instrumentista.
Y el instrumentista a la incauta y aturdida enfermera.
Y entre ensueños y delirios, comenzó la abrazadera.
El cirujano, ciñó al colaborador, como galán de revista.
Y entre gritos y chillidos, comenzó la mojadera.
Esto es serio, compañero. ¿Y que fue de la paciente?
Desde su lecho cuajada, se levantó de la muerte.
Ahora está bien casada. Y no escucha a cualquiera.
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Autor:
Sierdi (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 21 de octubre de 2025 a las 03:05
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 1
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