Y consumó la horfandad
mi corazón, un estentóreo
vacilante, en rauda crueldad...
En mi camisa, un ecuóreo.
Que meretrices me cocen
las pronunciadas arrugas...
¡Que divinas musas!, que nocen
el altar, que esbozan de orugas.
Marginal mi tes cabizbaja.
Devorada y dada, en tablero
de sanguijuelas sin raja
que vomitan al cordero.
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Autor:
Marco Montana (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2025 a las 01:30
- Comentario del autor sobre el poema: Mis estimados poetas, con respeto y cariño, espero y no sea de su agrado... Jajajaja... Netnamama ol euq nesneip. Sodulas y zosarba. Derechos Reservados en Proceso. 🖖✊😵✊🖖
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Carlos Baldelomar
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