No. No nadé.
Me quedé inmóvil en el agua,
esperando que, por fin, la presión me matara.
Pesada sentía el agua;
mis pulmones estaban a punto de estallar.
Y un ángel con alas llegó a sacarme.
¿Cómo se dio cuenta de que estaba ahí,
a punto de morir,
aprisionada por mi sentir?
No permití el cariño de aquel ángel,
pues al notar heridas en sus alas,
no supe cómo curarlas.
Y volví a ahogarme en ese mar
de desesperación.
Perdón por no aguantar lo suficiente,
por ahogarme en soledad.
Si la corriente llega a llevarme,
no quiero que la ausencia de mi cuerpo te pese.
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Autor:
Jenn Caicedo (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 13 de octubre de 2025 a las 21:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, Antonio Pais, Annabeth de León, Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri, Poesía Herética, Mª Pilar Luna Calvo, Mael Lorens, El Hombre de la Rosa, JoseAn100

Offline)
Comentarios1
Que la soledad sea quien le robe el aire y no aguas hondas.
Me ha gustado mucho su estilo.
Saludos 👋
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