Ceniza tenía por capa, y la robó el canto de las calles,
perdió entonces, en un cruce de inviernos, la hoguera su débil simiente,
con nicotina por alas, un ángel de tierras que tiritan de sueño,
y que, sin calor en sus ríos, sólo tienen por sudor aguardiente.
Pero las lágrimas no escuecen menos, y las sombras de lo que algún día soñaron me acabarán matando si siguen mirándome con esos ojos tan tristes.
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Autor:
Lis Lucas Pérez (
Online)
- Publicado: 13 de octubre de 2025 a las 11:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Poesía Herética, Nelaery
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