Le vendí y entregué
tres veces lo negué y tres veces
me maldije.
Le golpee y azote
le puse la corona de espina
y le condene
de camino no quite mi látigo de su piel
con gozo le martille los clavos
y de burla, al azar, jugué su túnica
Le grite que protestara, que se airara
que descargaras rayos y centellas.
Solo me miro, con esa mirada de oveja
que está siendo degollada,
Un ímpetu de rabia se apodero de mi
y gritando, muérete ya, le clave la lanza
Solo escuche un susurro en mis oídos
Una voz leve, que dijo: “Al padre que te
Perdone, porque no sabes lo que haces. “
Un trueno sonó con fuerza, la tierra se abrió
Una terrible oscuridad se apodero de mí,
Y desde ese instante, hace dos mil años,
Me persigue esta sed insoportable
por alcanzar la luz.
¿Por qué diablos, Judas te encarnaste en mí?.
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Autor:
mauro marte (
Offline)
- Publicado: 12 de octubre de 2025 a las 15:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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