Dichoso aquel que, lejos del bullicio,
cultiva con sus manos tierra pura,
donde halla, sin afán ni desventura,
del sosiego su plácido ejercicio;
no anhela del poder el artificio,
ni el oro que corrompe y desfigura;
en la simpleza encuentra la dulzura
que otros buscan en vano sacrificio.
Contemplo el manso arroyo cristalino
mientras pasta el rebaño en la pradera,
y siento que este es mi real destino:
vivir donde la paz es verdadera,
donde el tiempo transcurre sin dominio,
y el alma encuentra su verdad primera.
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Autor:
Javier Julián Enríquez (
Online)
- Publicado: 11 de octubre de 2025 a las 08:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: benchy43, Salvador Santoyo Sánchez
Comentarios2
Excelente, poeta! Bellísimo soneto. Felicitaciones.
Que tengas un lindo día.
Ruben.
Muchas gracias, Benchy, por la lectura del poema y apreciado comentario.
Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio
Es un bello regalo que describe el ideal de los pueblos y de una vida llena de paz.
Gracias por compartir esas bellas letras.
Un saludo estimado Poeta Javier Julián Enríquez
Muchas gracias, amigo Salvador, por la lectura del poema y apreciado comentario. Así es, tal como muy bien señalas, «en este contexto contemporáneo, caracterizado por la contaminación acústica y la aceleración constante, la búsqueda de la paz interior, la humildad y el retorno a los orígenes se erigen como imperativos primordiales».
Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio
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