Cuando un premio bien vale 30 monedas de plata.

RENNY LOYO

La paz no tiene doliente, va de ida,

cuál meretriz lo merece,

se vende en discursos huecos,

se olvida en cada herida.

 

¿Quién la llora cuando muere?

¿Quién la nombra sin mentira?

Se gana por hacer sufrir,

por saquear recursos en vida.

 

Estocolmo llegó al tope,

ahora viene su caída,

lucen el rostro de su tragedia,

dejó de ser una wikipedía.

 

Con medallas que ocultan la sangre vertida,

un aplauso para el premio de la ira,

la paz se disfraza en galas de mentira,

la aplauden quienes pactan con la mullida.

 

Mientras el pueblo cosecha su herida,

ya no es paloma, ni canto, ni consuelo,

un Ángel caído exhibe su premio.

es un trofeo que exhibe el desconsuelo.

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • Nkonek Almanorri

    Estocolmo ya no es la ciudad que yo conocí a mediados de los ochenta, tampoco aquella sociedad era la que es hoy, cada vez más racista, intolerante y agresiva. Pocos meses después de abandonar Suecia, otoño del 85, y a la salida de un cine, muy cerca de donde yo vivía, mataron al que era el primer Ministro sueco, Olof Palme; lo mataron por ser un crítico muy duro contra la política de los Estados Unidos; desde entonces Suecia ya no es ni ha vuelto a ser más ni el país que fue y menos aún la democracia que era envidia del mundo entero. El que hoy Suecia se preste a una ceremonia del premio de la Paz a una personaja como la que representa a la oposición venezolana y que no ha hecho nada por arreglar la situación en su país salvo a empeorarla es un signo de clara decadencia en cualquiera de los ámbitos a nivel mundial. Decadencia.

    • RENNY LOYO

      que te puedo agregar, lo has dicho todo, Nkonek Almanorri



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