Tu corazón latía desenfrenadamente,
y el temor me acechó; por eso temblaba.
Sabía que, al dar el paso,
quedaría preso en tu piel.
Sin embargo, tu cálida mirada y tus
labios entreabiertos me invitaron
a perderme dentro de ti.
Como bailarines audaces, jugamos con
los ritmos a nuestro antojo.
No importó nada más: se perdió la pena,
la culpa se desvaneció y afloró
la confianza.
Nuestros cuerpos se deleitaron
con placer; nada perturbó el momento.
Éramos solo tú y yo.
Finalmente, la erupción volcánica
se presentó y, sincronizadamente,
ambos fluimos como ríos que se
encuentran y juntos emprenden
corriente abajo.
Desde entonces, aunque creas
que te abandoné,
mi corazón no volvió a latir.
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Autor:
laph (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2025 a las 00:10
- Comentario del autor sobre el poema: sigo actualizando, origen seduccion magica 180. pero hoy le cambie el nombre.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Zoily Anamilé De la Cruz Zuna, Mauro Enrique Lopez Z., Carlos Baldelomar
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