CREPÚSCULO
Sentada en la roca —misterio encarnado—
deja que el viento le talle el vestido,
y el mar, a sus pies, murmura asombrado
versos de sal en su cuerpo dormido.
El sol se retira, dorado y rendido,
tras gajos de nubes que cuelgan del cielo;
le deja en la piel un último abrigo,
como quien se va, pero deja un consuelo.
Sus hombros respiran la luz que declina,
y en su cuello el crepúsculo escribe su danza.
Hay un aura de fuego que no se adivina
y que apenas roza la piel… y la esperanza.
No gira los ojos, no busca la escena,
deja que el mundo se borre despacio.
La luz la acaricia, se vuelve tan plena…
y luego se aleja, cruzando el espacio.
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Autor:
versos finitos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2025 a las 14:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Fabio de Cabrales, Henry Alejandro Morales, alicia perez hernandez, mauro marte, Mauro Enrique Lopez Z., Llaneza, WandaAngel, JUSTO ALDÚ, Salvador Santoyo Sánchez, EmilianoDR
Comentarios2
Solo una inspiración en momentos en que el alma se vuelve apacible.
Buen poema y buena mezcla de consonantes y asonantes. Recuerda al estilo de José de Espronceda.
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