En cada noche profunda, aturdida, casi perdida,
respiro y me sumerjo en tus sombras,
¡Muerte!
y mi cuerpo indefenso casi inerte
espera el momento de tu llegada,
¡Vida!
Mi mente descansada,
despierta en ti,
¡Vida!
tratando de entender nuevamente la suerte.
que lleva a evadirte una vez más,
¡Muerte!
aunque te acercas cada día,
esperando mi caída.
¡Muerte!
Me acechas,
te he sentido nada fraterno
en la pérdida del futuro
que dejó de ser en mi vientre
Por el lado de la cama,
que dejaste vacía, demientre,
convertías, mi ser en incompleto,
y a él en amor eterno.
Muero cada día satisfecha,
sin reproches.
y cada día vivo esperando detenerte.
¡Muerte!
Te respeto, sin quererte.
¡Vida!
Te disfruto, con derroches.
Ohh.. ¡Muerte!
¡Muerte bendita!
¡Que das valor a mi vida!
Ohh.. ¡Vida!
¡Vida bendita!
¡Que das valor a mi muerte!
© 2025 Silvana Ibáñez — Todos los derechos reservados.
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Autor:
Silvana Ibáñez (
Offline) - Publicado: 8 de octubre de 2025 a las 08:56
- Comentario del autor sobre el poema: ¡Gracias Dios por este nuevo día! ¡Vida! Seguiremos este romance hoy. ¡Muerte! Solo me he asomado una noche mas a verte, espera tu momento, sé paciente..
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Poesía Herética, Salvador Santoyo Sánchez, Lualpri, EmilianoDR, Mauro Enrique Lopez Z., ANGHELUZ.
Offline)
Comentarios3
👍✅✅✅
Querida poeta...
La muerte como la vida
van tomadas de las manos,
un comienzo, una partida
y a las dos siempre llevamos!
Gracias por tus letras compartidas.
Un abrazo.
Luis.
¿Sabes cómo lo veo yo?
Todos llevamos a las dos de serie,
la vida como oportunidad, y la muerte como medio.
Ya me dirás.
Interesante, la vida es oportunidad, gracias a la muerte. Pero también, es la vida el medio para llegar a la muerte, que se muestra tentadora, no necesariamente mala ni como fin.
Así es, por eso la muerte, para mí, no es el fin,
sino el medio...
por el principio de la energía,
el de interacción universal,
y por eso...de que ninguna estrella se sostiene por si sola.
Abrazo.
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