En cada noche profunda, aturdida, casi perdida,
respiro y me sumerjo en tus sombras,
¡Muerte!
y mi cuerpo indefenso casi inerte
espera el momento de tu llegada,
¡Vida!
Mi mente descansada,
despierta en ti,
¡Vida!
tratando de entender nuevamente la suerte.
que lleva a evadirte una vez más,
¡Muerte!
aunque te acercas cada día,
esperando mi caída.
¡Muerte!
Me acechas,
te he sentido nada fraterno
en la pérdida del futuro
que dejó de ser en mi vientre
Por el lado de la cama,
que dejaste vacía, demientre,
convertías, mi ser en incompleto,
y a él en amor eterno.
Muero cada día satisfecha,
sin reproches.
y cada día vivo esperando detenerte.
¡Muerte!
Te respeto, sin quererte.
¡Vida!
Te disfruto, con derroches.
Ohh.. ¡Muerte!
¡Muerte bendita!
¡Que das valor a mi vida!
Ohh.. ¡Vida!
¡Vida bendita!
¡Que das valor a mi muerte!