Nescafé

Alberto Escobar

 

 

 

Nescaanuncia sueldo para toda
la vida, me apunto la fecha, el uno
del uno del veintiseis, comprobaré
si algún dios está de acuerdo con 
que disponga de esta ganga cuando
hay tanto muerto de hambre en el 
mundo —no sería justo y no amo 
la injusticia sino todo lo contrario
pero el mundo, dicen, que es injus
to —no lo creo——.
Dejo de soñar la serendipia de ganar
lo y me sujeto los pies al suelo, como
siempre, buscando un punto de apoyo
a mis albertadas, a mi imaginación des
bordante, y miro la ventana, certifico
que el mundo sigue ahí fuera, tráfico
latiendo como si fuera este, y no otra 
cosa, el corazón verdadero de una vida
artificial, ciudadana, industrial, y el se
gundero que aunque mi reloj de cabe
cera se rompa sigue avanzando inexo
rable...
Para lo de Nesca queda tiempo, antes
le toca a la lotería de navidad, de la que
ya he encargado un décimo, de esos de
veinte euros...
Llevo sin echar suertes hace unos años,
me cansé de la primitiva, y estoy volvien
do porque tengo una ilusión...
Nunca me ha tocado nada importante,
solo premios menores, de esos que no te
mueven a pensar en cambiar nada de lo
que concierne a tu zona de confort, nada,
total..
Mi suerte está echada, como la de aquel
César del Rubicón, y es una suerte grande,
como un universo inmenso y bien ordenado.
Sigo tomándome el ca y cambio el tercio. 

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios +

Comentarios2

  • Carlos Eduardo

    Nescafé anuncia sueldo para toda la vida, me apunto la fecha, el uno del uno del veintiseis, comprobaré si algún dios está de acuerdo con que disponga de esta ganga cuando hay tanto muerto de hambre en el mundo —no sería justo y no amo la injusticia sino todo lo contrario pero el mundo, dicen, que es injusto —no lo creo——. Dejo de soñar la serendipia de ganar lo y me sujeto los pies al suelo, como siempre, buscando un punto de apoyo a mis albertadas, a mi imaginación desbordante, y miro la ventana, certifico que el mundo sigue ahí fuera, tráfico latiendo como si fuera este, y no otra cosa, el corazón verdadero de una vida artificial, ciudadana, industrial, y el segundero que aunque mi reloj de cabecera se rompa sigue avanzando inexorable... Para lo de Nescafé queda tiempo, antes le toca a la lotería de navidad, de la que ya he encargado un décimo, de esos de veinte euros... Llevo sin echar suertes hace unos años, me cansé de la primitiva, y estoy volviendo porque tengo una ilusión... Nunca me ha tocado nada importante, solo premios menores, de esos que no te mueven a pensar en cambiar nada de lo que concierne a tu zona de confort, nada, total.. Mi suerte está echada, como la de aquel César del Rubicón, y es una suerte grande, como un universo inmenso y bien ordenado. Sigo tomándome el café y cambio el tercio.

    Sabes mi amigo,

    Saludos

    • Alberto Escobar

      Pareces un notario últimamente. Copias el texto en modo prosa y lo dejas al viento, con apenas un apunte, arcano. Qué es lo que sé? jaja.

      • Carlos Eduardo

        Como lo publicas no lo puedo leer, tamaño de letra, todo.
        JJJJ

      • Jesús Ángel.

        El regalo de la salud,
        es ya el premio de la lotería
        y suerte del día a día.
        Buen trabajo aquí mis aplausos,
        por cierto, ese del Nescafé es posible que sea una estrategia de venta y mentira, así lo veo yo.
        Buen fin de semana por Sevilla.

        • Alberto Escobar

          Nadie da duros a cuatro pesetas jaja. Como lo compro, y es con el que me quedo de los que he probado en Mercadona, inscribiré el código de cada bote y quién sabe...



        Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.