Clair de lune sur le lac
Llueve azul en el alma del bosque,
y ella —tan sola— plateada, se inclina.
Perfumada de hielo reposa
donde el agua suspira su rima.
En montañas, de sombras vestida,
mira al lago, su espejo cansado,
y una nube que pasa, perdida,
bien parece rezar a su lado.
Nada ocurre, y todo pasa,
en la piel de la noche extendida.
Hasta el tiempo, dormido, concede
un instante de eterna caída.
Noche de Luna —tan triste, tan leve—,
como lágrima en vino vertida,
bendice el azul que la mueve,
y calla, sintiéndose herida.
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Autor:
Isidora Luna (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2025 a las 03:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, WandaAngel, Poesía Herética, Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri, Josué Jaldin, EmilianoDR, MISHA lg, Isidora_Luna
Comentarios4
Gracias por compartir tus bellas letras, amiga poeta.
Ten un bonito día.
Muchas gracias estimado Lualpri.. 🍷🍷😊
Bellos trazos. Saludos y abrazos, mi querida poetisa.
Gracias Josué , un fuerte abrazo para ti también. 😊🍷🍷
Camino uno o dos días por semana,
entre el río y el bosque,
por el invierno de noche y con frontal,
a veces solo otras acompañado,
tu texto, aún hablando de un alma herida,
me ha llevado a él.
Buen trabajo, aquí mis aplausos.
Gracias Isidora,
No es lluvia lo que cae, sino el alma
del bosque que se inclina en su reflejo.
El tiempo se disuelve en su cortejo,
y el silencio respira, leve y en calma.
Ella no dice, pero en su quietud
se oficia una plegaria sin palabras.
No pesa el cielo: lo sostienen cabras
de sombra que transitan su actitud.
Todo flota: la nube, el vino, el llanto,
la noche que no duerme ni se cierra,
la luna que bendice sin encanto.
Le has dado al verso el don de lo que espera:
un susurro azul, hondo, sin quebranto,
que en vez de irse, queda y persevera.
Tu poema es bellísimo,
Saludos,
-LOURDES
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