Qué bien se siente cuando nuestros cuerpos
se buscan y se reconocen,
cuando tus manos incendian mi piel
y mi respiración se mezcla con la tuya.
Me convierto en pintor de tus curvas,
trazo cada rincón, cada estremecer,
y tu calor se adentra en mí
como fuego que no quiere apagarse.
Tus gemidos me atraviesan,
me llaman, me provocan,
y en cada suspiro me pierdo,
me rindo al placer que nos consume,
al deseo que arde sin freno,
al instante en que el mundo desaparece
y solo existimos tú y yo,
entregados al vértigo del deseo.
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Autor:
MARIO GONZALES (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2025 a las 01:23
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Gracias Mario por ese fuego que sigue encendido en sus letras.
Abrazos.
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