ENTRE LA MENTIRA Y LA ESPERANZA.

Nkonek Almanorri

La Revolución Francesa fue la

gran mentira de los pobres

de la Tierra. 

El París de 68, un engaño más.

 

La Cuba de Fidel Castro, una

decepción que aún

resiste.

 

El Chile de Allende, una aberración

aún no denunciada: Se pasó en tiempo

de la esperanza. O esto se cree.

 

Karl Max significó la esperanza del hombre puesta en un ideal del socialismo real, creíble. Al final el ideal fue asesinado por Stalin, porque así se convenía. (Aún hoy, siglo XXI, se estudia y se averigua si la orden llegó de los EE.UU. de Norteamérica).

 

El Capitalismo, el mayor cáncer de todos los tiempos, de todas las eras de la humanidad, tiene fecha de caducidad: Morirá matando y por lo tanto será, no el final de la humanidad, pero sí el de una sociedad ya putrefacta.

 

El Catolicismo y su ideología terrenal fue el principio de todas las degradaciones humana: El Catolicismo y el Comunismo jamás han estado tan separados ni desunidos como nos han hecho creer: Cuando se trató de proseguir matando a África ambas ideologías se pusieron pronto de acuerdo, Angola fue un ejemplo.

 

El Cristianismo moderno: Una oportunidad, la última, para la condición humana: Resistencia, rebeldía y esperanza.

 

La peor opinión es el silencio.

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Comentarios3

  • ElidethAbreu

    Nkonek, gracias y muy de acuerdo con tu cierre de que el silencio es la peor opinión.
    Mutismo total ante el ultraje y la barbarie y la cultura de la mentira y falsedad instalada en tronos de poder. La mentira blindada y la verdad palidecida.
    Abrazos y como siempre, tus escritos dejan mucho para aprender.

    • Nkonek Almanorri

      En los tiempos actuales y similares el silencio es la prueba palpable de un sentimiento, aparentemente oculto, de culpabilidad. Este silencio parte de la fragilidad de una sociedad que se sabe atrapada en la barbarie y que, peor aún, no sabe ni puede defenderse de ella, esta incapacidad es la que nos hace culpable. La mentira se refuerza, cierto, y cada vez más; y para que sea más difícil descubrirla le han puesto un nuevo nombre, un nuevo traje: Bulo. Cuando alguien denuncia públicamente de decir mentiras y esta palabra la sustituye por "bulo" los efectos de la acusación pública se diluye, se vuelve casi invisible y es lo que hace que todo siga igual: Entre la mentira y la esperanza.

    • Salvador Santoyo Sánchez

      Karl Max, desde mi punto de vista; sólo convierte al hombre en un engrane más del sistema.
      El comunismo, lo veo como una utopía, por su idealismo; y lo casi imposible, de implementar
      sus principios.
      El comunismo, pretende la igualdad social y económica, que es bien vista por los que se sienten
      marginados o explotados.
      Pero desde el inicio de la humanidad, siempre ha habido diferencia de castas o clases sociales,
      el comunismo nunca podrá cambiar la esencia del ser humano.
      Un gobierno comunista, desde mi visión, es el mayor capitalismo disfrazado para unos cuantos...

      Saludos Nkonek

      • Nkonek Almanorri


        Karl Max no quería, en principio, defender, laboral e ideológicamente, a la sociedad de su tiempo, pero fue el grado de injusticia social que se respiraba en el campo primero y en las fábricas de la Europa industrial que sintió la necesidad de ayudar a aquella sociedad vacía. Max no fue un político, fue un denunciador social tragado por un sistema que aunque ni capitalista ni comunista tal como lo entendemos hoy fue el que le dio un nombre a razón de las ideas que tenía.

        Lo que vemos, sabemos y entendemos hoy como comunismo no obedece a lo que el comunismo real es: comunismo viene de comunidad, de una sociedad regida por leyes justas en que toda es tratada por igual; esto ni hoy, ni antes ni nunca fue ni ha sido posible porque antes que el socialismo y el comunismo ya existía una ideología, el Capitalismo, desde el siglo XIV y que empezó por la trata de esclavos: El capitalismo usó como capital monetario y económico al hombre convertido en esclavo y este hecho se dio por primera vez en África, primero los árabes y después el europeo. En este sentido y con el concepto y la idea que hoy tenemos del Comunismo sí se puede decir y afirmar que es una utopía, e incluso más aún: es una dictadura criminal, tanto como lo es el Capitalismo y el Catolicismo.

        Viendo hacia qué deriva va el mundo hoy, cambiante de un día para otro, digo, de manera rotunda, que la sociedad de los Estados Unidos de Norteamérica se dirige, primero, hacia una guerra civil interna en que, como hace unos días, Donald Trump se ha reunido con sus generales (de los que espera que actúen como los generales nazis de la Segunda Guerra Mundial, así lo dijo hace un año) para advertirles de que se acercan malos tiempos y que hay que hacerle frente aún, si se diera el caso, disparando contra “los izquierdistas radicales que amenazan a la Nación”, así dijo. Todo esto a lo que conlleva es que antes o después la sociedad se dará cuenta de que el sistema político al que han estado votando les aplastan y que la única alternativa que les quedan es un “socialismo” real, justo y humanista.

        Cierto, el Comunismo nunca podrá cambiar la esencia del ser humano, tampoco el Capitalismo y menos aún el Catolicismo, pero precisamente como no pueden cambiarlo está avocado a su desaparición, pero lo hará matando y ahí está la decadencia de esta sociedad toda.

        Gracias Salvador por tu opinión.

      • Martha patricia B

        Se ataca a lo que no conviene. Siempre hay dos orillas. En cada playa a veces más lejanas a veces más vecinas.

        • Nkonek Almanorri

          Si hubiera más información, más conocimiento, más cultura habría también más conciencia o al menos otro nivel de actitud; pero ocurre todo lo contrario. Ocurre es que sólo hay una orilla con poder, la otra apenas existe, o no existe.
          Gracias por tu opinión, también se acepta.



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