A esa dama que en mi alma
Dejó su marca sin marchar,
Porque me ha querido tanto
Sin nada a cambio reclamar,
A quien puede tumbar castillos
Usando solo su mirar,
A quien ha hecho en corazones
Mil sentimientos germinar,
A tí, otorgo este regalo,
Oh, dulce rostro angelical,
Pues no hay nada en este mundo
Que a tí se pueda comparar,
Ni ayer, ni hoy, ni mañana,
Igual a tí vas a encontrar,
Pues son intelecto y gracia
Los que en tí se hacen notar,
Y por eso hoy me pregunto,
Si es que hay divinidad,
Cómo un ángel de su estirpe,
A este mundo fue a parar.
-
Autor:
Nemo (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 2 de octubre de 2025 a las 04:30
- Categoría: familia
- Lecturas: 2
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.