Javier Ostiategui

Adriana

A esa dama que en mi alma

Dejó su marca sin marchar,

Porque me ha querido tanto

Sin nada a cambio reclamar,

A quien puede tumbar castillos

Usando solo su mirar,

A quien ha hecho en corazones

Mil sentimientos germinar,

A tí, otorgo este regalo,

Oh, dulce rostro angelical,

Pues no hay nada en este mundo

Que a tí se pueda comparar,

Ni ayer, ni hoy, ni mañana,

Igual a tí vas a encontrar,

Pues son intelecto y gracia

Los que en tí se hacen notar,

Y por eso hoy me pregunto,

Si es que hay divinidad,

Cómo un ángel de su estirpe,

A este mundo fue a parar.