Límpiate la sal del mar
que te bañó en desgracia,
que te hundió en miseria.
Sana tu alma,
para que puedas habitar en paz,
esa paz que buscas
desde que tienes memoria.
La persigues
en cada esquina de tu vida,
pero siempre se te escurre entre los dedos,
como agua salada.
No importa quién te ame,
no importa quién te adore,
no hallarás la serenidad
que perdiste un día,
en algún rincón de tu preciosa vida.
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Autor:
Lilia Rodríguez (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de octubre de 2025 a las 03:39
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Mª Pilar Luna Calvo, Llaneza, Mauro Enrique Lopez Z., WandaAngel, benchy43, Lualpri, Antonio Pais, ElidethAbreu, Enrique Fl. Chaidez, Poesía Herética

Offline)
Comentarios1
Tan difícil que es perdonarse uno mismo. Nos laceramos una y otra vez de los vituperios del pasado; cruenta es la reminiscencia en las almas ansiosas; más debemos, en verdad, hacer las paces con nosotros mismos; por salud mental y por amor.
Bonita relfexión.
Saludos.
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