En la madrugada donde los relojes sueñan,
una lágrima de fuego se desprende del cielo,
y cae como un verso ardiente
sobre el río callado de la memoria.
Ese llanto incandescente abre grietas en la piel del tiempo,
y de ellas brotan poemas que no saben de palabras,
sino de caracolas de luz
y de mapas escritos en huesos invisibles.
Cada verso es un espejo roto,
cada metáfora, un puente hacia la aurora
donde las sombras caminan desnudas
y los ecos se arrodillan ante la luna.
Hay ciudades dentro de esa lágrima,
ciudades sin nombre donde las calles respiran,
y los edificios suspiran como viejas canciones olvidadas.
Allí, las flores son relojes líquidos
y las piedras guardan sueños que nadie osa recordar.
En su caída, la lágrima toca el alma de los silencios,
y despierta un coro de voces antiguas
que cuentan la memoria de los mundos
que arden antes de nacer.
Cada palabra escrita se convierte en estrella,
y cada estrella es un poema perdido
que busca refugio en la fragua del infinito.
Y cuando la lágrima llega al fondo del río,
el río se convierte en fuego líquido,
y arde con una música tan antigua
que incluso el silencio se inclina para escuchar.
Entonces comprendes que no son versos los que nacen,
sino mundos enteros,
y que la lágrima no es fuego ni agua,
sino el último latido del alma antes de renacer.
Y allí, entre cenizas y luciérnagas,
se escribe el último poema:
uno que no se lee,
sino que se vive,
uno que no termina…
porque es la eternidad encarnada en una lágrima.
Rosa María Reeder
Derechos Reservados
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Autor:
Rosa Maria Reeder (
Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2025 a las 14:15
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, mauro marte, Scarlett-Oru, Mauro Enrique Lopez Z., benchy43, ElidethAbreu, JUSTO ALDÚ, WandaAngel, alicia perez hernandez, Emilia🦋, EmilianoDR
Comentarios4
Entonces comprendes que no son versos los que nacen,
sino mundos enteros,
y que la lágrima no es fuego ni agua,
sino el último latido del alma antes de renacer.
Excelente poema.
Saludos poetisa Rosa Maria Reeder
Entonces comprendes que no son versos los que nacen,
sino mundos enteros,
y que la lágrima no es fuego ni agua,
sino el último latido del alma antes de renacer.
Excelente poema.
Saludos poetisa Rosa Maria Reeder
Gracias Salvador muy acertado comentario
Saludos cordiales
👍
Que hermosas letras querida Rosa Maria.
Las lagrimitas que son lluvias del alma e inspiración.
Que sigan naciendo versos y poemas como el presente del llanto del ser.
Abrazos.
Muy amable gracias por tus palabras tan bellas
Saludos cordiales
Un bello texto el que nos presentas amiga, de aliento cósmico y resonancia mística, donde la lágrima se convierte en símbolo absoluto: fuego, agua, tiempo y renacimiento. La escritura se despliega como un ritual en el que lo humano y lo infinito se confunden, mostrando cómo la poesía puede ser a la vez herida y creación.
Saludos
Gracias ALDU que bien describes el poema muy amable
Saludos cordiales
gracias.
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