No quiero ser de los que sólo visitan
la presencia de Dios;
necesito habitarla,
vivir en Su amor como río que me envuelve.
Adórale en el dolor,
y el malestar huirá como sombra ante la luz;
en Su presencia hay plenitud de gozo,
aunque mi alma no lo alcance a comprender.
Siento la comunión estrecha
del Maestro y mi ser;
me rindo, me entrego
a un océano de sentimientos
que sólo mi Creador puede dar.
No sólo visito Su presencia,
me inunda, me envuelve,
pero al sumergirme no muero:
cada ola de Su Espíritu
me da vida y renueva mi ser.
Su presencia calma mi ansiedad,
sacia mi alma sedienta;
y en el torrente de Su amor
no me alejo,
sino que cada día
me entrego más,
entrego todo mi ser
al abrazo eterno de Dios.
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Autor:
Wuiliam (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de septiembre de 2025 a las 02:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: jesus alberto porras, Mauro Enrique Lopez Z., Éusoj Nidlaj

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