jesus alberto porras

Habitando en su presencia

 

 

No quiero ser de los que sólo visitan

la presencia de Dios;

necesito habitarla,

vivir en Su amor como río que me envuelve.

 

Adórale en el dolor,

y el malestar huirá como sombra ante la luz;

en Su presencia hay plenitud de gozo,

aunque mi alma no lo alcance a comprender.

 

Siento la comunión estrecha

del Maestro y mi ser;

me rindo, me entrego

a un océano de sentimientos

que sólo mi Creador puede dar.

 

No sólo visito Su presencia,

me inunda, me envuelve,

pero al sumergirme no muero:

cada ola de Su Espíritu

me da vida y renueva mi ser.

 

Su presencia calma mi ansiedad,

sacia mi alma sedienta;

y en el torrente de Su amor

no me alejo,

sino que cada día

me entrego más,

entrego todo mi ser

al abrazo eterno de Dios.