Amigo

marco romero

Qué consuelo tan grande,

sentarse horas con un amigo.

Susurrar lo que te ocurre,

y que él te entienda sin palabras.

 

Es como entrar en un templo sagrado,

y conversar con lo divino.

 

Dos voluntades muy íntimas...

Una confidencia que no se articula,

y que es, sin embargo, la más completa.

 

[Enmudece el clamor, la voz se aquieta,

mas no el sentir, que en el silencio mora;

que si el alma su pena desdora,

en el amigo encuentra la secreta

y muda comprensión, tan completa,

que el verbo, si lo busca, lo

ignora.]

 

m.c.d.r

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