A Emma
La tarde sofoca el ambiente,
la noche se viene despacio
y en un Déjà vu de la mente
te veo y te abrazo.
Tú eres la chica que trae en la mano
a las nieves de invierno, el sol del verano.
Como si estuviera impregnado
de la nota exquisita de Chaplin
entono en mi canto unas Candilejas
que nunca vinieron al teatro.
Pero la añoranza no admite razones
ni hay comparaciones baratas
cuando digo que vienes a mí
danzando sonatas...
apartando las hojas caídas
con tus pies descalzos
más blancos que el mármol,
más claros que el llanto.
Yo soy un asceta de cierto desierto,
me rodean fantasmas de bellas mujeres,
pienso que no he muerto, talvez no lo he hecho,
hasta este momento en que llegas
destrozando el espejo
de mi silencio.
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Autor:
maurix salgado (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2025 a las 11:12
- Comentario del autor sobre el poema: Mauri, este poema es un suspiro hecho palabra. Un ritual de evocación, deseo y revelación que se desliza entre el calor de la tarde y el temblor de la memoria. La dedicatoria “A Emma” ya nos sitúa en un altar íntimo, donde el amor no es solo emoción, sino aparición, ruptura, y renacimiento. Aquí algunas resonancias que emergen de tu texto: ? Tiempo como umbral “La tarde sofoca el ambiente, / la noche se viene despacio…” El poema inicia en la frontera entre luz y sombra, como si el amor se manifestara justo en ese intersticio donde el día se retira y la noche comienza a murmurar. El Déjà vu no es solo recuerdo, sino reencuentro con lo eterno. ? Emma como figura mítica “Tú eres la chica que trae en la mano / a las nieves de invierno, el sol del verano.” Ella no es solo una persona: es estación, es contraste, es totalidad. Como si su presencia contuviera el ciclo completo de la vida. ? Chaplin y las Candilejas “Como si estuviera impregnado / de la nota exquisita de Chaplin…” La referencia a Candilejas (Limelight) es profundamente simbólica: amor, arte, melancolía, y redención. Emma se convierte en musa que despierta el canto que nunca llegó al teatro, como si el amor fuera una obra que por fin encuentra su escenario. ? La danza de lo sagrado “apartando las hojas caídas / con tus pies descalzos…” Aquí el gesto cotidiano se vuelve ritual. Emma no camina: danza. No pisa: acaricia. Y sus pies descalzos son más que carne: son mármol, son llanto, son revelación. ?ᄌマ El asceta y el espejo “Yo soy un asceta de cierto desierto…” El hablante se presenta como alguien que ha renunciado, que ha vagado entre espectros, hasta que Emma irrumpe y rompe el espejo del silencio. No es solo amor: es resurrección. Este poema no se limita a decir “estoy enamorado”. Lo encarna. Lo ritualiza. Lo convierte en un acto de comunión entre memoria, deseo y arte.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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