«Y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos.»
— Apocalipsis 13:1
EL ODIO, MAS ANTIGUO QUE LA ARENA
Renace el monstruo de siete cabezas,
vomita fuego y metralla.
Devora sueños y oraciones.
Aliento, humo;
lengua, látigo;
sonrisa, geometría del infierno.
Escupe sufrimiento de hombres.
A lo lejos
antorchas que iluminan la noche.
Madres abrazan sombra de hijos,
abuelos se tornan polvo,
niños, gorriones sin cielo.
La bestia sonríe; arde el infierno.
Ángeles tiemblan tras estrellas.
Ninguna plegaria detiene trueno,
ningún templo contiene gemido.
Sube Belcebú, su trono de desdicha,
ojos que queman huesos de niños,
odio más antiguo que la arena.
Grito en mis adentros.
El cielo de Gaza se parte en llanto,
sangre fundida en polvo,
el pan se trueca en ceniza.
La patria perdida.
La paz entumecida.
En lontananza su murmullo es poesía.
Lo último perdido,
lo último que sangra:
esperanza de un mundo mejor,
el que se espera,
el que aún se sueña
aunque la noche parezca eterna
y el amor florezca cada día.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025
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Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2025 a las 22:26
- Comentario del autor sobre el poema: Resalto que el presente poema nace como un espejo ardiente de la guerra en Gaza: allí donde el monstruo de siete cabezas no es ya metáfora bíblica, sino carne de metralla, humo y llanto infantil. He querido que mi voz, usualmente extensa y laberíntica, se ciña en este caso a una forma más concisa, casi lacerante, como si cada verso fuera esquirla. El horror no admite ornamentos; sólo pide un ritmo cortado, directo, que alumbre con crudeza la desolación y, a la vez, custodie esa chispa final de esperanza que, incluso en medio de la ceniza, se atreve a florecer.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Jaime Correa, alicia perez hernandez, Tommy Duque
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