El cincuentón de dos metros de estatura, se rascaba la cabeza, al tiempo que miraba a la muchachita con su puñado de pinceles y caja de pinturas.
— Seguro que sabes pintar?
— ¡Seguro! — respondió con el entusiasmo vivo en sus ojos.
— Que si no sabes, mi esposa me matará. Ya no nos queda tiempo. Los invitados llegan mañana!!
— No se preocupe. Todo irá bien, señor. Se lo prometo.
El hombre miraba a izquierda y derecha.
— Me quedaré a ver. Por favor, comienza.
— Ok.
La joven abrió su caja, mezcló colores...
... y pintó.
Iván
-
Autor:
Iván (
Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2025 a las 08:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.