No pido oro ni riquezas,
solo un pequeño instante para compartir mis mayores deseos,
escritos por una ilusión que nació de ti,
donde te abriste paso en mí,
volviéndote el verdugo,
donde mi palabra queda sin voz,
haciendo que el grito se ahogue en la garganta.
Por eso, quiéreme,
y seré el guía que te muestre mis fantasías más profundas.
Llora en mi hombro,
y escucharé tus lamentos,
donde te hablaré con el silencio de mi alma.
Desahógate,
que no perderé ni una sola palabra que salga de tus labios.
Ríe conmigo,
que yo te llevaré a conocer lugares desconocidos,
donde la ilusión se desnude por completo.
Cree en mí,
y te juro que en lo que resta de tu vida en este mundo,
nunca se apagará tu sonrisa.
Arrójame al infierno,
que yo lucharé por ti,
aunque no pueda ganar.
Insúltame,
y me alimentaré de la pasión que late en tus palabras.
Miénteme,
que yo me vendaré los ojos para que las flechas solo alcancen mi corazón.
Gritame,
que yo buscaré en lo profundo de tus palabras el amor.
Juega conmigo,
y en tu vida no habrá aburrimiento.
Ignorarme,
que yo encontraré ternura en tus gestos.
Quiéreme,
y daré mi vida,
y tu vida no conocerá el arrepentimiento.
Traicióname, y no verás un mundo arder;
solo me verás desmoronándome lentamente,
convirtiendo mi cuerpo en fragilidad,
derrumbado en polvo y lágrimas que nunca serán escuchadas,
de ilusiones falsas,
con venas reacias a llevar la sangre al corazón.
Álvaro s.
-
Autor:
Alvaro S. (
Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2025 a las 22:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.