En la quietud de un día sin eco,
avanza un hombre por camino propio.
Solo con el pulso de su aliento,
halla en la ausencia un refugio sereno. No busca clamores ni enjambres,
su espíritu en paz se colma de gozos.
Un fuego eterno arde en su interior,
la tranquilidad lo envuelve, sin clamor. Bajo el vasto cielo, sin aliados,
sus ideas hilvanan sinfonías.
La dicha no es siempre en muchedumbre,
sino en la pausa, en la pura quietud. En su rincón humilde y apacible,
erige un santuario lleno y genuino.
Un hombre aislado, mas radiante,
pues en el mutismo, vive y brilla.
avanza un hombre por camino propio.
Solo con el pulso de su aliento,
halla en la ausencia un refugio sereno. No busca clamores ni enjambres,
su espíritu en paz se colma de gozos.
Un fuego eterno arde en su interior,
la tranquilidad lo envuelve, sin clamor. Bajo el vasto cielo, sin aliados,
sus ideas hilvanan sinfonías.
La dicha no es siempre en muchedumbre,
sino en la pausa, en la pura quietud. En su rincón humilde y apacible,
erige un santuario lleno y genuino.
Un hombre aislado, mas radiante,
pues en el mutismo, vive y brilla.
-
Autor:
Maxi (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de septiembre de 2025 a las 19:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 58
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Antonio Pais, Hernán J. Moreyra, alicia perez hernandez, Mª Pilar Luna Calvo, ElidethAbreu, JUSTO ALDÚ, Mauro Enrique Lopez Z., David Arthur, JAGC, Llaneza, Nelaery, EmilianoDR
Comentarios1
A veces la soledad es nuestra mejor aliada.
Necesitamos su compañía para poder poner lis asuntos en orden y sentirnos trabquilos.
Muchas gracias por compartirlo, poeta Maxi.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.