Maxi AristarĂ¡n

Felicidad en Soledad

En la quietud de un día sin eco,
avanza un hombre por camino propio.
Solo con el pulso de su aliento,
halla en la ausencia un refugio sereno.
No busca clamores ni enjambres,
su espíritu en paz se colma de gozos.
Un fuego eterno arde en su interior,
la tranquilidad lo envuelve, sin clamor.
Bajo el vasto cielo, sin aliados,
sus ideas hilvanan sinfonías.
La dicha no es siempre en muchedumbre,
sino en la pausa, en la pura quietud.
En su rincón humilde y apacible,
erige un santuario lleno y genuino.
Un hombre aislado, mas radiante,
pues en el mutismo, vive y brilla.