En un mundo de inocencia y candor,  
yo era una niña, ella, una mujer.  
En su abrazo encontré calor,  
pero en sus manos, perdí mi ser.  
Con astucia y sutil engaño,  
tejió redes que me atraparon.  
Y mi inocencia, sus manos mancharon.  
Me condujo por senderos oscuros,  
donde el amor se volvió prisión.
Sus palabras eran dulces apuros,  
mas su corazón, frío carbón.  
Etérea se veía, entre susurros y engaños,
me dejé llevar por su querer.
Yo era una niña, ella, una mujer,
y en su juego de amor, fui su esclava sin daños.
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                        Autor:    
     
	Dianne Daxton (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2025 a las 18:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, ElidethAbreu, Mauro Enrique Lopez Z.

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Comentarios1
Hay personas que rompen nuestras ilusiones, nuestra inocencia y
destruyrn nuetro futuro.
Bonitos versos mi linda amiga
Con cariño
JAVIER
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