La masa conforme
con su mediocridad,
condena cualquier
agente que atente
contra su estabilidad.
Le gusta moverse lento;
tanto igual a quedarse quieto;
en la plenitud del huracán.
Amargura y soledad,
es el precio a pagar
por quien ose desafiar
las reglas de lo normal.
No tienen lugar social
las mentes que piensan,
ante presentes tormentos,
en grandes futuros tiempos.
Sometidos, con indiferencia,
a la conciencia de finitud,
amargan su endeble salud,
saltando momentos miserables,
con ideas radicales y sueños
extravagantes que suponen,
en amplitudes universales,
superadoras de lo visto antes.
A sabiendas que nunca
podrán experimentar,
de sus ideas, el éxito,
le destroza la esperanza y
todo lo que se parezca
a la dignidad de existir.
No entenderán jamás eso
de, no más, vivir por vivir.
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Autor:
Walter Brunini (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de septiembre de 2025 a las 19:37
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: mauro marte, EmilianoDR, Antonio Pais, alicia perez hernandez
Comentarios1
A la masa o se le adiestra desde la cuna o se le mata, de mil maneras diferentes, antes de que empiece a razonar por cuenta propia. Si logra sobrepasar ambas épocas cabe la posibilidad de que, también, entre a formar parte del Poder: Futuro Imperfecto.
Parece se destino de los pueblos. Gracias por comentar. Abrazo.
El destino de cada Pueblo lo marca la sociedad dependiendo de sus conocimientos, de su valentía e incluso y en ocasiones hasta de su osadía.
Gracias por su respuesta.
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