Le recojo los frutos
Manuela la campesina
en su casa me alojó,
tres días pasé durmiendo
y nadita me cobró.
Manuela, señora mía,
¿cómo te puedo pagar?
sí dinero yo no tengo
y te has de alimentar?
Manuelita, te propongo
y espero que me lo aceptes
que, en lugar de los tres días,
me dejes estar otros siete.
Te recojo bien los frutos,
ágil limpio el cobertizo,
te apresto tu burro viejo
y hasta el fogón te lo atizo.
Manuelita agradecida
al negro responde: ¡listo!
pero quiero que también incluyas
regarme este manojito.
¿Cómo puedes, tú Manuela,
creer que olvide tal cosa?
y hasta puedo yo con gusto
sembrarte el palo de rosa
Remajearte también quiero
tu linda mata de iraca,
cortar la crin del caballo
y acomodarte la estaca.
Llevar la cosecha al pueblo
y traerte el mercadito
abanicarte la espalda
y arreglarte ese gajito.
Han pasado doce meses
y el negro se acomodó
está muy agradecido
que hasta un niño le encimó.
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Autor:
Leo (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 15 de septiembre de 2025 a las 08:18
- Comentario del autor sobre el poema: En nuestro campos latinos, la imaginación viva de nuestros campesinos es fuente de muchos cantos y piezas rítmicas con el sabor de la frescura y a poemas naturales sin componentes artificiosos, aparte de la picaresca que le dan un sentido incierto. Celebremos esa vivaz imaginación de nuestros productores de alimentos.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR

Offline)
Comentarios1
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