Cuando lloras de verdad, el mundo contigo parece llorar
y en mi corazón de roca rebotan las olas de un río
que busca escapar hacia el mar.
Cuando lloras de verdad, la luna se cubre de un manto especial
y las estrellas lejanas son luces borrosas
que esperan caer en un triste rosal.
Cuando lloras de verdad, el aire nocturno se pone pesado
y esconde el canto de un coro de niños queriendo jugar
y el viento rozando tu rostro parece emanar,
la melodía más triste que un músico en duelo pudiera tocar.
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Autor:
Mauricio Jesús Guevara (
Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2025 a las 12:43
- Comentario del autor sobre el poema: Los niños pequeños siempre lloran, y es normal. Nos acostumbramos a sus llantos caprichosos cuando no les gusta la comida, cuando quieren un juguete nuevo o se niegan a acostarse a dormir. Recuerdo que veía el llanto de mi niña como algo de todos los días. Yo siempre fui uno de esos papás que ceden a los caprichos, de los que apañan y se unen a la causa. Hasta que algo cambó. Un día cualquiera, llegué muy cansado del trabajo, tuve un mal día. Y mi paciencia se desbordó por sus caprichos. Fue ese el día en que la regañé por primera vez. Al ver su carita de sorpresa, con sus ojitos bien abiertos mirándome hubo un pequeño silencio. Un instante después ella largo su llanto. Era diferente, doliente, podía sentir la tristeza en el aire. Era la primera vez que ella lloraba de verdad. Compartí su dolor dentro mío, me sentía desgarrado también, sentí que la había lastimado. Ella se fue a la cama a dormir. Yo con una gran pesadez en el corazón, salí al jardín a fumar un cigarro y escribí estos versos que hoy les comparto. Demás está decir que esperé a que ella se durmiera para besarle la frente y acariciar sus cabellos.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
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