Cuando lloras de verdad, el mundo contigo parece llorar
y en mi corazón de roca rebotan las olas de un río
que busca escapar hacia el mar.
Cuando lloras de verdad, la luna se cubre de un manto especial
y las estrellas lejanas son luces borrosas
que esperan caer en un triste rosal.
Cuando lloras de verdad, el aire nocturno se pone pesado
y esconde el canto de un coro de niños queriendo jugar
y el viento rozando tu rostro parece emanar,
la melodía más triste que un músico en duelo pudiera tocar.