Tu ombligo,
cráter donde el tiempo se ovilla.
Tus caderas:
dos lunas fundando estaciones.
El tacto,
la única lengua que conocimos
antes de la palabra.
Te abriste,
y no hubo oscuridad.
Solo germen.
Solo el pulso
que aún no tenía nombre.
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Autor:
Ninoximero (Seudónimo) (
Online)
- Publicado: 13 de septiembre de 2025 a las 19:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
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