ÁRBOL DE ACANTILADO

Tomás Sánchez Rubio

Creí amanecer azotado

por el travieso viento de poniente,

niño loco y díscolo,

que desde el mar jugaba a despertarme

a golpe de salitre y gaviota.

Me vi siendo árbol añoso al borde

del acantilado,

viejo pero firme y decidido

a la hora de troquelar el aire

con mis silencios.

Tomaba prestadas mis raíces

de las hermanas algas que intuía

 a mis pies jugando entre risas

A la comba combada,

Y se me hacían las ramas manos

de dedos arrugados por el agua

que se escapaba para arriba huyendo del mar

para besarme los gestos.

Regalaba sombras a quien

temerariamente

se acercara para acariciarme

mi cara de leño partido

sin vergüenza ni sonrojo.

 

Creí seguir soñando con

Ser árbol que florecía

A pesar de la brisa

Y de las mareas rampantes

Más azules que el cielo

Sobre mi sombrero de altas

y agradecidas copas.

 

  • Autor: Tomás Sánchez Rubio (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de septiembre de 2025 a las 13:47
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 1
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.