Dice que no tiene amigos,
pero el conteo no miente,
o son sombras obedientes
o sus cifras tienen giros.
No hay susurros ni testigos,
nadie comenta en la escena,
pero el número envenena
como magia artificial.
Parece un toque digital…
más que tinta, su cadena.
Vienen sin pulso ni aliento,
pero igual dejan su manita,
van marchando en modo seguro
conversando con el viento.
No hay latido, solo intento
de parecer muy humanos,
aunque sus clics inhumanos
no distinguen ni el poema.
Son los zombis del sistema…
con diez dedos y sin manos
Leen sin ojos ni cejas,
ni alma, ni pensamiento,
pero inflan el movimiento
como si fueran ovejas.
Comen versos, dejan huellas,
sin saber lo que han tragado,
como un muerto mal guiado
que aplaude por reflejo.
¡Ay lectura sin ecos!
¡Qué profundo lo rimado!
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Autor:
Loiiz. (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2025 a las 12:28
- Categoría: Humor
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: FRANCISCO CARRILLO, Salvador Santoyo Sánchez
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