En las profundidades de la noche,
motosierras desatadas devoraron la inocencia;
Colombia sangró en silencio,
y las sombras tallaron cicatrices en el cuerpo y en la tierra.
Los gritos quedaron suspendidos en el aire,
como ecos que nunca duermen;
familias enlutadas, sueños en ceniza,
rostros grabados por el hierro del terror.
Y sin embargo, de la herida brotó un fuego:
resiliencia que no cede,
un espíritu indomable que alza palomas en los aires
donde antes reinó la furia del acero.
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Autor:
Terencio Tarazona (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de septiembre de 2025 a las 22:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., JUSTO ALDÚ, alicia perez hernandez
Comentarios1
¡¡Pobre Colombia!!, la matan a diario y desde hace ya siglo quienes precisamente hacen creer que la aman, que la quieren.
Triste y cierto. La han convertido en un campo de batalla entre intereses y ambiciones, cuando debería ser un jardín fértil para la vida y la esperanza. Colombia no merece que la hipocresía se vista de amor patrio mientras la desangra.
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