La luz untó de descanso tu piel,
y el ancla invisible de la brisa
se quedó para acompañarnos.
(Ese día no tenía prisa alguna)
Mientras intentabas organizar la
avalancha, casi imparable, de
tanto pensamiento, con tu sonrisa
me invitaste a sonreír contigo.
Yo, a cambio, te di un beso,
resumen de mis intensos
sentimientos por ti.
Compartimos todo exceso
de nuestras ganas de vivir.
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                        Autor:    
     
	Insopotito (Seudónimo) (
 Offline) - Publicado: 6 de septiembre de 2025 a las 16:10
 - Categoría: Sin clasificar
 - Lecturas: 23
 - Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, MISHA lg, Mauro Enrique Lopez Z.
 

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