En el cenit del tiempo inextinguible

Javier Julián Enríquez

En el cenit del tiempo inextinguible,

do el astro regio su fulgor derrama,

cual fénix que renace de su llama,

se yergue sutil mi alma inmarcesible;

 

entre sombras, cual gesta indivisible,

la aurora su victoria ya proclama,

mientras el eco universal aclama

del ser humano el triunfo indefinible.

 

¡Oh tiempo inexorable que desgrana
momentos cual las olas en la arena,
vertiendo dulces néctares de gloria!

 

La luz del pensamiento soberana
rompe las sombras, vence toda pena:

de mi alma que se apaga es la victoria.

 

 

 

 

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Comentarios13

  • Salvador Santoyo Sánchez

    En el cenit del tiempo inextinguible,

    do el astro regio su fulgor derrama,

    cual fénix que renace de su llama,

    se yergue sutil mi alma inmarcesible;

    Excelsas letras alumbran la poesía que hoy nos regalas.

    Me gustó mucho.
    Saludos poeta amigo Javier Julián Enríquez 🙋🏻‍♂️

    • Javier Julián Enríquez

      Muchas gracias, Salvador, por la lectura del poema y apreciado comentario. Efectivamente, el poema hace especial hincapié en la capacidad intrínseca del ser humano para renacer de sus propias cenizas, encontrar la luz en la oscuridad y alcanzar la victoria sobre la pena.
      Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

      • Salvador Santoyo Sánchez

        🙋‍♂️👍

      • ElidethAbreu


        Querido Javier Julián por este poema del tiempo.


        Mas somos tu reflejo fugitivo,
        crisol donde se mezclan tus albores,
        rehenes de tu flujo corrosivo.

        Y aunque al final sepultes los amores,
        dejas al alma un soplo aún vivo:
        instantes que se guardan como flores.

        Abrazos y feliz finde.

        • Javier Julián Enríquez

          ¡Qué bellos versos nos regalas, querida amiga Elideth! Muchas gracias. ¡«Crisol», ¡«flujo»! ¡Pero el «alma» conserva momentos preciosos, como flores que nunca se marchitan!
          Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

        • EmilianoDR

          Julian, qué bien te ha salido amigo e invoca al tiempo con tono solemne, casi como si fuera un dios inclemente que todo lo toca y lo transforma. El verso “¡Oh tiempo inexorable que desgrana / momentos cual las olas en la arena!” transmite una sensación de fugacidad inevitable, como si cada instante fuese apenas un grano arrastrado por la marea, sin posibilidad de retenerlo.
          Retengo cada imagen de tus letras y te felicito sinceramente.
          Saludos 👋

          • Javier Julián Enríquez

            Muchas gracias, estimado amigo Emiliano, por tu valioso comentario, que aporta una mayor comprensión con tan bello lenguaje sobre el poema.
            Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

          • JUSTO ALDÚ

            Estimado amigo Javier Julián, el texto propone una visión grandilocuente y reflexiva sobre la relación entre el ser humano y el tiempo. El astro, la aurora y el fénix son símbolos de renovación y trascendencia, frente a un tiempo implacable que erosiona como las olas. Sin embargo, la conclusión es afirmativa: la mente y el espíritu logran imponerse, transformando la caducidad en triunfo. La estructura clásica refuerza la solemnidad del tema, mientras el contraste entre lo efímero y lo eterno otorga al poema un aire filosófico, donde la victoria final no es material, sino interior.
            Bien propuesto el tema en el poema,

            Saludos

            • Javier Julián Enríquez

              Muchas gracias, estimado amigo JUSTO, por el análisis del poema y valiosas observaciones.
              Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

            • Lincol

              Una belleza de soneto. La pasión que se siente en cada verso es increíble.

              Saludos cordiales.

              • Javier Julián Enríquez

                Muchas gracias, Lincol, por la lectura del poema y apreciado comentario.
                Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

              • Rafael Escobar

                Un soneto de colección, con un tema tan sensible como es el pasodel tiempo en nuestras vidas, el cual lo pintas con la misma claridad de la aurora boreal, pero isertando pinceladas de los otoños tropicales donde los moribundos rayos del sol tienen el brillo de los sueños perdidos. Mi fraterno abrazo lleva para ti mi admiración y gran aprecio a tu generosa amistad

                • Javier Julián Enríquez

                  Muchas gracias, Rafael, por tu estimado comentario sobre el poema expresado con tanta belleza.
                  Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

                • El Hombre de la Rosa

                  Estimado Javier has escrito un soneto que derrama la magnificencia de tu hermosa y genial pluma de poeta y mejor amigo
                  Saludos afectuosos desde Torrelavega
                  El Hombre de la Rosa

                  • Javier Julián Enríquez

                    Muchas gracias, amigo Críspulo. Mi más sincero agradecimiento por la lectura del poema y apreciado comentario.
                    Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio desde València

                  • pasaba

                    Vaya poema, tienes todo de los poetas mayores, tu poesía es reseñable y tu pluma en ella destila la belleza.

                    • Javier Julián Enríquez

                      Muchas gracias, Patricia. Agradezco profundamente tu lectura del poema y valioso comentario.
                      Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

                      • pasaba

                        Gracias a ti por compartir tus reflexiones y bajo el modo de poesía es un placer leerte.

                      • Antonio Miguel Reyes

                        un soneto donde dos temas se contraponen, el tiempo y la voluntad ganando el espíritu de la voluntad del pensamiento al paso de permanencia en el tiempo. Buena reflexión filosófica.
                        Gracias por compartir tan brillante soneto Amigo Javier Julián.
                        Recibe mi aprecio con un fuerte abrazo.

                        • Javier Julián Enríquez

                          Muchas gracias, estimado amigo Antonio Miguel, por tu valioso comentario y análisis sobre el poema.
                          Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

                        • David Arthur

                          .....entre sombras, cual gesta indivisible,

                          la aurora su victoria ya proclama,

                          mientras el eco universal aclama

                          del ser humano el triunfo indefinible......


                          Muy hermoso poesía

                          Saludos
                          David

                          • Javier Julián Enríquez

                            Muchas gracias, Arthur, por la lectura del poema y apreciado comentario.
                            Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio

                          • La Hechicera de las Letras

                            Veo que tus versos se lanzan a domar el tiempo como quien intenta sujetar un río con las manos: lo reconoces eterno, implacable y aun así buscas erigir tu conciencia como si fuera una torre que desafía su corriente. En esta aspiración se aprecia tu intención: afirmar la persistencia del alma y la victoria del pensamiento sobre lo efímero Percibo cierta obsesión por la persistencia del alma, ese germen que se niega a consumirse, que se alza en cada respiro de adversidad. Tu mirada se enfoca en la grandeza humana, en el momento fugaz donde la reflexión y la lucidez conquistan el entorpecimiento, pero hay una tensión que late entre lo abstracto y lo tangible: entre lo que sientes y lo que el lector logra percibir.

                            El poema grita aspiración a lo infinito, en esa ambición se siente el riesgo: de palabras que buscan erigir palacios amenaza con diluir la fuerza del hallazgo personal, del instante donde la mente se convierte en arma y refugio. Aun así, hay destellos de claridad poderosa. La victoria del pensamiento, la resistencia que se mantiene pese a la erosión de la existencia. Lo que logras, en definitiva, es mostrar que la conciencia puede permanecer como llama en un mundo de carnicería, aunque deberías atreverte a dejar que esa llama queme más cerca de la carne, no solo en la altura de lo inmutable.


                            Tu obra despliega ambición y erudición, pero en su altura corre el riesgo de volverse distante: la intensidad que podría conmover se diluye entre la densidad de sus giros y la reiteración de ornamentos elevados. Para que el impacto perdure, conviene dejar que la energía del espíritu hable con menos artificio y más intensidad directa, permitiendo que el lector sienta, no solo admire.

                            La hechicera de las Letras.

                            • Javier Julián Enríquez

                              Muchas gracias por tu valioso análisis e interpretación sobre las ideas que se encuentran formalmente objetivadas en el poema, y que contribuye a aportar aún más comprensión sobre el mismo. Cierto es, tal como muy bien señalas, que, en este soneto, la reflexión humana, en su naturaleza efímera, oscila entre la contemplación y la comprensión, generando así una tensión inherente entre la experiencia subjetiva y la percepción objetiva. Para trascender la simple admiración y lograr un impacto perdurable, se debe proponer una expresión que, despojada de artificios, privilegie la intensidad directa. De esta manera, se establecería una conexión más profunda con el lector, que permita que este se sumerja en la experiencia en lugar de simplemente observar.
                              Ahora bien, lejos de sugerir una mera exploración superficial, pretendo revelar una inmersión profunda en la condición humana. En lugar de buscar la separación, aspiro a sumergirme en la complejidad de la existencia, utilizando de esta forma la erudición y la ambición no como un fin en sí mismas, sino como herramientas para desentrañar la persistencia de la razón y el triunfo del pensamiento. La intención primordial reside en la resiliencia frente a las adversidades, en la capacidad de la conciencia para erigirse como un faro en medio de la oscuridad.
                              La distancia, en su sentido más puro, se desvanece ante la intensidad de la búsqueda y el anhelo de trascender lo efímero. Así las cosas, mi objetivo es aventurarme en lo abstracto y en la reflexión profunda, con la noble intención de iluminar la grandeza humana. Desde esta perspectiva, la victoria final, lejos de estar basada en la muerte, se alza sobre la ignorancia y el abatimiento celebrando el triunfo de la razón y la conciencia. En este sentido, el poema, en su esencia, es un reconocimiento a la perseverancia del espíritu humano y un testimonio de su capacidad para superar cualquier desafío.
                              Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio





                            • Mirta Elena Tessio

                              Muy buen tema el de tu poema, EL TIEMPO.
                              Incierto embarca a lo desconocido el querer y no querer.
                              Acertados comentarios elevan tu pluma y el rango de ser una excelente persona y un gran escrito.
                              Mi abrazo lleno de sol y luz divina.hasta los cielos de tu patria.- .

                              • Javier Julián Enríquez

                                Muchas gracias, Mirta, por tus bellas palabras y apreciado comentario.
                                Un cordial saludo y abrazo de luz con mi más afectuoso aprecio

                              • LOURDES TARRATS

                                Querido Javier,
                                Tu poema es como escuchar una sinfonía tejida con palabras. Revela una voz íntima, tuya, que se atreve a mirar lo eterno desde lo humano.
                                Desde la primera estrofa, la imagen del fénix que renace de su llama no solo habla de resiliencia, sino de una fuerza del alma que no se marchita, que resiste incluso al desgaste del tiempo y de las sombras. Es una belleza que no se apaga.
                                En la segunda estrofa, es un “eco universal” que aclama “el triunfo indefinible” del ser humano me conmovió profundamente. Tu voz parece cantar desde lo individual, pero también desde lo colectivo, como si nos recordaras que hay una luz común que nos une. Y qué hermoso que ese triunfo sea “indefinible”: lo más verdadero, como tú lo expresas, no se explica, se siente.
                                Los tercetos finales con un tono casi elegíaco, pero no triste: son un canto de victoria frente a la caducidad. La idea de que el pensamiento puede “romper las sombras” y vencer “toda pena” es una promesa luminosa. Y esa última línea —“de mi alma que se apaga es la victoria”— me dejó en silencio. Qué paradoja tan hermosa: incluso en el apagarse, hay gloria, hay luz.
                                Gracias por compartir este poema tan íntimo, un himno al espíritu humano. Tus versos llegan al alma como una claridad antigua, como si hubieras tocado las cuerdas de algo que siempre ha estado ahí, esperando ser nombrado.
                                Con profunda admiración y ternura,
                                Lourdes


                                • Javier Julián Enríquez

                                  Muchas gracias, Lourdes, por tus bellas palabras y valioso análisis.
                                  Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio



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