Me arde el pecho…
como si mil soles se hubieran dormido en mis venas.
Hay un incendio en mi alma
que ninguna lluvia logra apagar,
y cada recuerdo tuyo
es gasolina sobre mis heridas.
Te amé con todo,
con cada grito que no salió de mi garganta,
con cada lágrima que aprendí a esconder,
con cada miedo que se convirtió en fuego.
Pero en tu silencio,
me encontré ardiendo solo.
Me volví ceniza de un amor
que no supo salvarme,
humo perdido en el viento
de tus promesas rotas.
Y, sin embargo…
aunque me queme, aunque duela, aunque sangre,
mi corazón sigue en llamas
cada vez que pronuncio tu nombre en silencio.
Porque el amor,
aunque duela,
aunque destruya,
aunque queme…
es la única hoguera
donde mi alma
sabe vivir.
-
Autor:
Daniii (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 4 de septiembre de 2025 a las 06:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.