Vivimos y soñamos solos,
Consolándonos con un silencio
Que a veces entendemos y queremos
Y otros no.
También nos vamos desnudos,
Despojados a la fuerza
De todo porque nada fue nuestro.
Se nace avisando con un grito
Para acabar muriendo
En silencio.
Por el camino quedaron
Algunos sueños
Luminosos,
Otros apenas fueron
Nada.
Lo bueno, y hasta lo mejor de la Muerte, es que ésta no nos permite que nos pudramos en vida y nos señala, cuando ella lo decide, que hasta hoy y aquí se ha prolongado nuestra existencia; ella, la Muerte, es la que nos abre, después, las puerta a la verdadera Vida. Y ya son estos tiempos – dícese que avanzados…- en que hay que traducir la lógica impuesta, o en su caso borrarla.
-
Autor:
Nkonek Almanorri (
Online)
- Publicado: 3 de septiembre de 2025 a las 16:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.