Con un grito inaudible encerrado en la garganta
He decidido entregarme enteramente a ti.
Nada me pertenece.
Tienes libertad.
Es tu oportunidad de sacar el dolor,
el rencor y el odio que sientes por quererme.
Ya no hay un sentido de pertenencia cuando hablo de mis carnes.
El corpus humanum que me dieron al nacer,
Ya no es mío.
Es tuyo.
Es tuyo y simplemente tuyo,
Querido mío.
Por ello, con toda la devoción,
el amor,
la desolación y el desespero te pido un:
Dáñame, estrújame,
Ve por un cuchillo y corta mis pedazos.
Quema mi cuerpo,
escúpelo, muérdelo,
apriétalo, aplástalo,
ódialo, ódiame a mí,
trata de abrazar mis cenizas después de calcinarme.
Besa mis llagas, mis moretones causados por tu mano.
Golpéame,
Destroza mi cadáver, escóndelo en tu alcoba y desquítate con él,
haz que mi ser sienta que tú por fin estás contento y que ya no queda nada de mí que puedas obtener.
Córtalo, amárralo, desármame, lacérame.
Grítale.
Apaga tus cigarros en mis carnes,
tira mis piezas en cualquier parte,
rompe botellas en mi piel,
clávale vidrios a mi cuero,
entierra tus cortas uñas en mis restos.
Destrúyelo,
destrúyeme a mí,
te suplico que lo hagas,
que me hagas sufrir,
Haz que me entregue en cuerpo, alma, corazón y vida a ti.
Haz que yo sienta que ya no me pertenezco sino que eres dueño de mí.
Erízame la piel con cada corte,
revuélveme las entrañas con tus golpes,
haz que gima cuando claves tus dedos en la espalda
y te apoderes de mi pasión desenfrenada.
Bebe de mis lamentos y aliméntate con mis restos.
Pero por favor
por favor,
por favor,
quédate,
quédate así sea haciéndome daño,
quédate mientras aprietas con más fuerza las cuerdas a las que están atadas mis partes,
quédate mientras me amas,
mientras me destruyes,
mientras me detestas,
Mientras te ríes de mi agonía y de mi tortura.
No te vayas,
te lo suplico,
te lo imploro,
Te lo ruego.
Me arrodillo ante ti para que no dejes de lastimarme si es que así nunca te irás de aquí.
El tormento de tu partida sería más insoportable que el dolor que le has causado a mis trozos.
Soy de tu propiedad,
no me dejes a mi suerte,
no sueltes mis cadenas,
no las destruyas,
no cortes las sogas y me dejes sin ti,
vuelve siempre que yo pondré el cuchillo en tu mano
para que tú decidas qué será de mí.
Por, Νούφαρο.
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Autor:
Νούφαρο (
Offline) - Publicado: 1 de octubre de 2025 a las 00:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Juan Romero, Mauro Enrique Lopez Z., Lualpri

Offline)
Comentarios2
¡Qué talento! 🥹
Me encanto, tiene una fuerza emocional increíble. Refleja de manera muy viva la desesperación por ese amor, pero al mismo tiempo deja ver la pasión intensa que lo inspira. Ame cómo lograste equilibrar sentimiento, belleza y sensualidad en cada verso. Es un texto que se siente, no solo se lee. ❤️
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