Sus ojos sobresalen
del remanso del tiempo:
apenas dos opacas gemas,
engarzadas en un rostro quebrado
por la vida que se le escapó.
Nada turba la ufana, lechosa superficie;
salvo esos dos ojos tristes,
condenados a permanecer ciegos
en el Leteo.
Desde los profundos cimientos
surgen amargos pensamientos
que, con cada movimiento,
se clavan como anzuelos a la piel,
ahogando la fe,
restando libertad.
El cambio llegará.
Pero hoy, tu cuerpo —inerte—
es ya carroña,
y su latido se pudre
bajo la tierra que lo reclama.
Rubén Romero Toledo © 2025 todos los derechos reservados
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Autor:
_Incipiens_ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de agosto de 2025 a las 09:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 115
- Usuarios favoritos de este poema: Mª Pilar Luna Calvo, Hernán J. Moreyra, Mauro Enrique Lopez Z., EmilianoDR, Annabeth de León, Éusoj Nidlaj, Violeta, Rafael Escobar, pasaba, Lucía gómez, Javier Julián Enríquez, JUSTO ALDÚ, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, alicia perez hernandez, racsonando, Andiuz, Gonzalo Márquez Pedregal, Lincol, leo albanell, Jaime Correa

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Comentarios5
_Incipiens_, gracias por contar en tus versos lo que queda de un cuerpo hermoso, cuando lo abraza la muerte. Vivimos llenos de orgullo y que bueno si todos pudieran leerte.
No somos nada, materia que perece.
Saludos cordiales.
Muy profundas y reveladoras letras. Muy buen trabajo. Saludos.
Profundidad en tus letras tiene mucha fuersa, saludos.
Poema triste y hermoso, cargado de mucha emoción y dolor.
Abrazos
Gracias por compartir este poema tan profundo. La imagen de los "ojos tristes" que describes es muy poderosa y conmovedora. Es un texto que, a pesar de su melancolía, invita a la reflexión.
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