Incapaz incluso de pronunciar palabra,
el silencio rasga un agujero en la memoria,
que engulle los momentos innombrables,
la voz que no se siente cómoda,
el cuerpo lanzado hacia la pasión que lo aniquila,
en la súplica de una travesía que lo lleve a amar,
como si el mundo no tuviese suficiente dolor,
y el amar solo fuera un entusiasmo,
corto y limpio, como el fondo del arroyo,
donde se refleja la desnudez,
no del cuerpo, sino de la vida.
Sí, la palabra no se siente cómoda,
a veces surge crepitante de olvido,
indigna de la voz y del sonido,
sin poder dejar de lamentarse,
aunque en realidad,
solo desea expresarse con amor,
pero los alfabetos están enmohecidos,
los verbos febriles,
agonizando entre el tiempo y la súplica
Quizá esté lanzando mis pensamientos al vacío
Sin decir nada, imposibilitados de la expresión
como cadáveres fríos, sin canto, sin vibración ni romanza
bajo un cielo brutal que sucumbe ante es espanto
de saber los labios sellados
precipitándose a la mudez
con el corazón oxidado.
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Autor:
Jose Barrientos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2025 a las 12:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
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