Hoy escribo, quizás ya demasiado tarde,
para decir que he roto mis certezas,
que el orgullo en mi frente fue estandarte
de un reino sin piedad ni fortalezas.
Creí ser diferente, adelantado,
un sabio que no escucha ni se entrega;
miraba la verdad desde otro lado
como quien ve la fe tras la refriega.
No vi lo evidente, no supe el camino,
fui necio en mi trono de aire y humo;
hoy pido a mi sombra y a mi destino
que absuelvan la soberbia en que me consumo.
Le hablo a un ateo y a mi propio pecho,
susurro al pasado con voz cansada:
—Erré en lo esencial, callé lo más hecho,
y ahora en papel confieso la emboscada—.
No busco perdón, ni milagro en la herida,
sólo nombrar la culpa, dejarla al viento;
que sepan los días de mi nueva vida
que un hombre cambió en su remordimiento.
-
Autor:
Gustavo Suárez (
Online)
- Publicado: 25 de agosto de 2025 a las 20:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: ElidethAbreu, JUSTO ALDÚ
Comentarios1
Gracias Gustavo y el hecho de aceptar el fallo va a disipar el remordimiento.
Preciosas letras.
Abrazos estimado poeta.
Gracias por leerme y valorarlo, la vida mucha veces nos da respuestas tardías, o nosotros tardamos en aprender, un abrazo para ti también
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.